19 de marzo de 2011

Aquelarre

Un aquelarre (del euskera akelarre, "aker" = macho cabrío; "larre" = campo) es el lugar donde las brujas (sorginak en euskera) celebran sus reuniones y sus rituales. Aunque la palabra viene del euskera, se ha asimilado en castellano y por extensión se refiere a cualquier reunión de brujas y brujos.

Se cree que en estas celebraciones una multitud de brujas solía venerar a Akerbeltz (un macho cabrío negro), que tras horas de cánticos y ofrendas orgiásticas podrían abrir un portal infernal en el centro del campo para ofrendar culto y consulta a Satán, con el fin de obtener riquezas y poderes sobrenaturales.

"Aquelarre", cuadro de Francisco Goya.

Es frecuente el uso de diversas sustancias para alcanzar el éxtasis durante el rito. Como no se pueden calibrar con exactitud las dosis cuando una cantidad letal está muy cercana a la dosis de uso, es muy peligroso administrarlas por vía oral. Por ello algunas sustancias se aplicaron en forma de ungüento por vía vaginal o rectal, lo que podría haber dado origen a algunas leyendas sobre el carácter sexual de las reuniones de brujas o el uso de calderos para la preparación de algunas de las sustancias. La aplicación de unas de las sustancias sobre la vagina con una especie de consolador pudo dar origen a la imagen que representa a las brujas con un palo entre las piernas o bien una escoba. Por otro lado, muchos sapos son venenosos por contacto y su piel puede ser alucinógena, por ello también forman parte de la ingeniería vinculada al mundo de la brujería. 

La prohibición de estas magias se encuentra en la Ley de las XII Tablas (Tabula VIII). En la época de Sila se promulgó la "Lex Cornelia de Sicariis et Veneficiis", que insiste en esta prohibición. Es interesante el hecho de que el delito de brujería (maleficium) se relacionara con el de envenenamiento (veneficium), sin duda porque en ambos se manipulan drogas nocivas.

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