23 de agosto de 2010

Singularidad tecnológica

En futurología, la singularidad tecnológica (algunas veces llamada simplemente la Singularidad) es un evento futuro en el que se predice que el progreso tecnológico y el cambio social acelerarán debido al desarrollo de inteligencia superhumana, cambiando nuestro ambiente de manera tal, que cualquier ser humano anterior a la Singularidad sería incapaz de comprender o predecir.

Dicho evento se ha nombrado así por analogía con la singularidad gravitacional observada en los agujeros negros, donde existe un punto en el que las reglas de la física dejan de ser válidas, y donde la convergencia hacia valores infinitos hace imposible el definir una función.

Según el científico y escritor de ciencia ficción Vernor Vinge, la singularidad se puede alcanzar por diferentes caminos:
  • El desarrollo de un computador que alcance el nivel de inteligencia humana y posteriormente lo supere.
  • El desarrollo de redes de computadoras que se comporten como superneuronas de un cerebro distribuido que "despierte" como ente inteligente.
  • El desarrollo de elementos de interacción con computadoras que permitan a un humano comportarse como un ser superinteligente.
  • Manipulaciones biológicas que permitan mejorar en algunos seres el nivel humano de inteligencia.
El tiempo que resta antes de que se llegue a ese fenómeno se acelera con la utilización de máquinas para apoyar tareas de diseño o mejoras de diseño de nuevos inventos.

Las consecuencias de semejante evento fueron discutidas durante la década de 1960 por I.J. Good, y John von Neumann quien usa el término "singularidad" para describir el progreso tecnológico durante la década de 1950. Sin embargo, no es sino hasta en los 80s que la Singularidad es popularizada por Vernor Vinge. Si la Singularidad ocurrirá o no, es un hecho muy debatido, pero la aproximación más común entre los futuristas la sitúa dentro de la tercera década del Siglo XXI.

Otros, notablemente Raymond Kurzweil, han propuesto teorías que expanden la Ley de Moore hacia tipos de computación que van más allá de los simples transistores, sugiriendo un patrón exponencial de progreso tecnológico. Sin embargo Kurzweil supone que el propio patrón de crecimiento cambia y la aceleración se hace mayor hasta el punto de adquirir un patrón de crecimiento hiperbólico. Lo cual es análogo al espacio hiperbólico de los agujeros negros. Según Kurzweil, este patrón culmina en un progreso tecnológico inimaginable en el Siglo XXI, el cual conduce a la Singularidad, un punto en el cual el crecimiento se hace infinito.

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